martes, 21 de junio de 2016

¿Utilizo grasa al entrenar a intensidad moderada?



En el post anterior platicabamos acerca de la importancia del monitoreo de la frecuencia cardiaca y las intensidades a las que entrenamos. Y estoy segura que más de una vez, has escuchado comentarios acerca de modalidades de entrenamientos, de clases y deportes que se promocionan como actividades de muy alta intensidad, que "queman" muchísimas calorías, que te llevan a romper tus propios límites, que aparentan ser entrenamientos para militares o actividades dignas de gimnastas o seres privilegiados para las cuales se requieren capacidades más alla de lo común. 
Pero, ¿realmente es verdad el famoso “Si no duele no sirve”? ¿Debo entrenar a morir siempre para obtener resultados? ¿que ventajas ofrecen los entrenamientos de intensidad moderada?


Primeramente hay que recordar que cuando hablamos de intensidad del ejercicio, nos referimos a la cantidad de estrés fisiológico o el esfuerzo que hace el cuerpo al entrenar. De esta manera, la cantidad de esfuerzo que hago en cada ejercicio me dará información importante no solo en cuanto a la capacidad de soportar el esfuerzo al que someto mi cuerpo  y las capacidades que estoy desarrollando sino también en cuanto a los combustibles que mi cuerpo utiliza al hacerlo.





Ahora, si bien es cierto que algunos tipos de entrenamientos de alta intensidad potencializan la utilización de grasa como energía (por ejemplo las llamadas intermitencias), también es cierto que para hacerlo hay que cumplir con una serie de requisitos en el formato y contenido del entrenamiento mismo y que desgraciadamente no todos los que vemos, cumplen con ellos.
Hacer una sesión de entrenamiento de intensidad moderada, continuo (sin ninguna pausa) y de larga duración (por al menos 30 minutos) ayuda a tu cuerpo a estar en las condiciones fisiológicas para utilizar un porcentaje mayor de grasa de tu cuerpo como energía. Es decir, en esa sesión de ejercicio utilizaras o "quemaras" más grasa, comparado con otro tipo de entrenamiento. 



Por otro lado, entrenar a una intensidad moderada es una vía segura de prevención de lesiones, ya que permite la adaptación del cuerpo para que pueda soportar entrenamientos de mayor intensidad. A medida que aumentamos el estrés que recibe el cuerpo sin haberlo preparado para ello, potencializamos la probabilidad de que el cuerpo falle por no poder soportarlo. Un desgarre o esguince son ejemplos de lesiones que involuntariamente podrías provocarte por no medir los límites de la capacidad de tu cuerpo.
Para estar en condiciones de realizar entrenamientos de alta intensidad, es muy importante que prepares al cuerpo de manera gradual y progresiva a través de sesiones de ejercicio de intensidad moderada; de esta forma es que se logra que los sistemas cardiovasculares y musculoesqueletico, principalmente, se adapten formando por decirlo así, una estructura y "base" fisiologicamente hablando, que te permitirá ir aumentando las cargas del entrenamiento de una manera segura y efectiva.  En casos muy extremos, llevar al cuerpo a niveles muy demandantes sin estar preparado para hacerlo, podría incluso detonar alguna condición latente que ponga en riesgo la vida, como por ejemplo alguna enfermedad cardíaca.

Algunos ejemplos de entrenamientos moderados podrían ser trotar, andar en bici, bailar, o hacer clase de spinning, step o cualquier tipo de entrenamiento que te guste siempre y cuando sea ininterrumpido, de larga duración (al menos 30 minutos), a una intensidad constante moderada (del 60-70% FCM aproximadamente). Por ejemplo, si te paras entre cada canción en clase de baile afectarás el objetivo de utilizar más grasita de tu cuerpo. Así que ya lo sabes, es más fácil de lo que crees lograr mejoras en tu cuerpo y no necesitas morir en el intento ;) 






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